domingo, 2 de agosto de 2009

Sólo hay queso gratis en las ratoneras


Este refrán ruso es uno de mis favoritos. Nada se puede conseguir gratis. Siempre hay que pagar algo, sea en dinero, en especie, en tiempo, siempre irrecuperable, o en esfuerzo. De las muchas variantes de este dicho, me gusta una procedente de la novela picaresca, que incluí en mi libro La Gran Mentira (Paidós, 2009):

"A grande oferta, grande pensamiento, y a mucha cortesía, mayor cuidado. ¡Que no es de balde, misterio tiene! Si te hace caricias el que nos las acostumbra hacer, o engañar te quiere o te ha menester", Mateo Alemán en Guzmán de Alfarache (1599).

Lo ilustro con una imagen de trilero en acción en las Ramblas el pasado mes de julio. Poco después de tomar la foto, y en otro corro, vi a un joven turista perder rápidamente sus buenos euros ante los atónitos ojos de su pareja y de quienes le rodeábamos. Hago notar que había más "ganchos" que público contemplando el desigual lance. Al incauto forastero le hizo perder el ansia de conseguir algo a cambio de nada. Como se dice vulgarmente es intentar "f...r gratis", lo que todo el mundo debería saber que es imposible. Pero como parece que las personas no cambiamos nunca, no viene mal repetirlo y recordarlo de cuando en cuando. Sobre todo cuando uno ve a su alrededor, y lee, cosas que dan a entender que el 90% de la población sueña con conseguir algo gratis o a cambio de muy poco esfuerzo. Es como si uno pensara que le van a tomar por tonto pagando por las cosas el precio, en el sentido y la forma que sea, que valen.

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